¿Eres consciente de la importancia de la promover y mejorar la coordinación de tus niños desde el inicio de su vida?
La coordinación es la capacidad de organizar y sincronizar varios músculos o segmentos corporales, junto con el Sistema Nervioso Central (SNC) con el fin de ejecutar movimientos precisos y acordes a un tiempo y espacio concreto.
Esta competencia se trabaja, fundamentalmente, a través de la motricidad. Además, la coordinación incide directamente en cualidades físicas como el equilibrio, la agilidad, la percepción o la fuerza, entre otras.
Hay varios tipos de coordinación según las partes del cuerpo participantes: óculo-manual, audiomotriz, óculo-pédica, general, etc.
La coordinación es una habilidad que se adquiere progresiva y evolutivamente. Es por ello que debe estimularse desde la infancia ya que será la base de competencias y aprendizajes posteriores más complejos.
Muchos de ellos serán fundamentales en nuestro día a día como personas adultas. Así, haber desarrollado correctamente la coordinación en la infancia, nos permitirá llevar a cabo tareas como conducir, practicar cualquier deporte, escribir, manejar tecnología, montar una estantería, cocinar, etc.
Como mejorar la coordinación infantil
Ya conocemos la importancia de la coordinación, pero ¿cómo podemos mejorarla?
Principalmente, mediante entrenamiento propioceptivo, deportes y actividades recreativas.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que esta capacidad no se trabaja por igual en todos los niños y niñas, sino que debemos segmentar las ideas en función de su edad. De este modo, algunos buenos ejemplos serían:
- Bebés de 0 a 1 año: ejercicios en el suelo y exploración con juguetes simples o pequeños desplazamientos (como el gateo).
- Durante la Educación Infantil: juegos y movimientos físicos simples, como la marcha, la subida y bajada de escaleras, los saltos, la danza y las construcciones o los juegos manipulativos inciden positivamente en el desarrollo de la coordinación y la toma de conciencia de su esquema corporal.
- En Primaria: desarrollar su autonomía en los hábitos de cuidado propios y desempeñar tareas domésticas sencillas (poner la mesa, guardar objetos o lavarse las manos), trabajar la caligrafía, participar en juegos de mesa, deportes como ir en bici o en patines, etc.
Asimismo, los niños y niñas deben ser llamados al movimiento y la actividad física en general para iniciar unos hábitos de vida saludables cuanto antes. Algunos juegos de coordinación aptos para ellos podrían ser:
- Carreras de obstáculos. Es cuestión de echarle imaginación y de hacer partícipes a los más pequeños de su creación. Puedes incluir desplazamientos con dificultad (andar de putillas, sujetando un objeto, atado a un compañero…).
- Juegos deportivos. Vitales para fomentar también trabajo en equipo. Tener una canasta infantil o porterías para niños puede ser una buena opción.
- Cuentos motores. Es la dramatización de un cuento mediante el uso de elementos cotidianos.
- Excursiones a entornos llamativos. El bosque o la playa pueden ofrecer experiencias muy diversas (recolección de setas, recogida de basuras, observación de aves, etc.).
- Juegos de movimiento. Estimulan la coordinación: pilla-pilla, chocolate inglés, camas elásticas infantiles…
- Oscuridad. Dar indicaciones a otra persona que lleva los ojos cerrados para seguir un recorrido o realizar una determinada tarea.
- Del revés. El adulto da una serie de indicaciones a las que el infante debe responder de forma inversa. Si dice, por ejemplo, “nos giramos hacia la derecha” deben hacerlo hacia el otro lado o si dice “vamos a gritar”, deberán susurrar.
- Lluvia de albóndigas. Este es un juego en gran grupo. Formamos 2 equipos separados por una línea. En cada campo colocamos el máximo número de pelotas posible (de manera equitativa). Cada equipo debe lanzar pelotas al otro para dejar su campo limpio. Si no, se establece una medida de tiempo y, al finalizar, se hace recuento.
- El espejo. Distribuimos a los niños y niñas por parejas, uno frente a otro. Uno de los miembros debe realizar movimientos que el otro debe imitar.
- Juegos musicales. Las actividades que implican la imitación de ritmos, los paisajes sonoros o los musicogramas, son buenas alternativas.
La falta de coordinación se explicita en la torpeza de los movimientos de algunas personas. Y, como has podido observar, son muchas las formas de estimular la coordinación y su rendimiento a lo largo de toda la vida.
No obstante, la plasticidad cerebral de la etapa infantil prioriza la idoneidad de hacerlo en estos años. Y no hay mejor manera de hacerlo que motivándoles. Para ello, lo mejor son las actividades en familia o los deportes colectivos con sus iguales.

Excelentes recomendaciones! Un juego que me encanta para jugar con niños es el tutti frutti porque los estimula y los divierte al mismo tiempo.